¿Qué buscan los jurados del Premio Gabo en cada una de las categorías?

¿Qué buscan los jurados del Premio Gabo en cada una de las categorías?

Existe una lista de criterios que los jurados del Premio Gabo tienen en cuenta y evalúan detalladamente en cada una de las historias que llegan a sus manos. La calidad narrativa, la reportería e investigación propias, y el rigor en el tratamiento de los hechos son algunos de los factores esenciales y capaces de marcar una diferencia a la hora de escoger un trabajo periodístico sobre otro. 

Durante varias jornadas, los jurados de cada una de las categorías del Premio Gabo se reúnen para compartir apreciaciones y escoger finalistas y ganadores, un camino que implica, muchas veces, repasar una y otra vez las bases de postulación y detenerse para discutir pieza por pieza. 

Este texto parte de un recorrido por las relatorías de juzgamiento de las recientes ediciones del Premio Gabo para encontrar puntos en común y responder a una pregunta que aporta miradas y herramientas para ejercer un mejor periodismo, así como para preparar mejores postulaciones al Premio Gabo 2020, que mantiene sus inscripciones abiertas hasta el 5 de octubre. 

Categoría Texto

Temas propios con pulso e impacto

Lograr un reflejo de las grandes problemáticas regionales y continentales a través de historias particulares, no de generalidades, ha sido un común denominador en el listado de textos destacados por los jurados a lo largo de los juzgamientos del Premio Gabo. Se trata de narrar y representar los temas que más resuenan en las agendas mediáticas a nivel mundial y, al mismo tiempo, tener un aporte propio para la construcción de esas agendas. 

La sangre nunca fue amarilla, el reportaje de Mónica Baró, ganadora del Premio Gabo 2019 en la categoría Texto, es un gran referente de tema propio con pulso e impacto. La periodista dedicó más de dos años de reportería para reconstruir un caso de envenenamiento por plomo en un barrio de La Habana, Cuba, a partir de la exploración de las memorias y miedos de sus protagonistas, “una historia que, sin ningún drama innecesario, da cuenta de la realidad cubana”, de acuerdo con el español Miquel Molina, jurado del Premio Gabo 2019. 

Narrativas renovadas y nuevos enfoques

Aunque los jurados valoran las historias alrededor de problemáticas globales tan incrustadas en la sociedad como la violencia, un tema que atraviesa buena parte de los trabajos postulados, esperan sorprenderse con narrativas renovadas sobre esas temáticas; es decir, encontrarse con piezas que sepan asumir riesgos y rompan con el molde prefabricado para contarlas.

Narrar en profundidad la violencia implica abordar sus complejidades a partir de métodos originales y miradas propias, sin volcarse en el tono dramático y en los lugares comunes. Para el cronista argentino Martín Caparrós, jurado del Premio Gabo 2018 y miembro del Consejo Rector de la Fundación Gabo, “en ocasiones el periodista cree de forma errónea que al incluir disparos en su relato ya está introduciendo todos los elementos dramáticos necesarios y acaba descuidando su historia”. 

Piezas maravillosamente escritas

Si hay algo que realmente atrapa a los jurados es una escritura pulcra, elegante y fluida. Una pieza “maravillosamente escrita”, en palabras del chileno Juan Cristóbal Peña, jurado en 2019. 

Un niño manchado de petróleo, el trabajo periodístico de Joseph Zárate, ganador del Premio Gabo 2018 en la categoría Texto, fue ampliamente elogiado al considerar que su “prosa elegante no escapa a la inventiva, sabe tomar riesgos: busca, en cada caso, la forma de contar que cuente mejor, que cuente más, que no repita fórmulas”. 

Esas cualidades de un texto magistralmente plasmado, que da cuenta del talento narrativo del periodista y que incluso se aleja de los cánones del periodismo tradicional para acercarse más a la literatura, son también de las características que más extrañan los jurados, que se han visto obligados a descartar trabajos con una reportería potente por un “serio déficit de edición”. 

“Cuando el periodista se considera autosuficiente y no dialoga sobre su trabajo con alguien experimentado se propicia el uso de una fórmula repetitiva que no asume riesgos ni se mete en problemas, que son dos factores esenciales para hacer un buen periodismo”, expresó el peruano Julio Villanueva Chang, jurado en 2018.  

Categoría Imagen

Historias valiosas + imágenes poderosas

Uno de los cuestionamientos que suele abrir la discusión de los jurados de la categoría Imagen es cómo calificar trabajos fotográficos con respecto a propuestas audiovisuales e incluso multimedia, un debate que termina recordando los principios básicos del periodismo y encuentra la respuesta en la forma en que cada quien logra contar historias valiosas, con rigor en los datos, a través de imágenes poderosas.

Para el documentalista Caio Cavechini, jurado en 2019, se trata de “siempre pensar de qué manera las imágenes cuentan una buena historia” y de tener presente que la calidad de esas imágenes es tan importante como la potencia de la narración. 

“A veces la imagen es muy bonita, pero no cuenta una buena historia: no nos revela una realidad importante e injusta que debe ser mostrada al público. Me gusta conocer realidades, ser transportado a sitios que no conozco por medio de la imagen tanto audiovisual como fotográfica, pero también me gusta mucho ver miradas diferentes acerca de temas que ya conocía”, dijo Cavechini.

Composición estética al servicio de la historia

Es cierto que la corrección técnica y estética es fundamental en la imagen, pero los jurados esperan propuestas que vayan más allá de “la imagen por la imagen”, porque la composición estética de la misma debe estar siempre al servicio de la historia, que es el camino para conectar la forma y la función.  

Para la curadora Johanna Pérez Daza, jurado en 2019, es vital no sucumbir a la tentación de las “imágenes muy rebuscadas, muy saturadas, con mucho filtro, con mucha postproducción” porque terminan “ofuscando el contenido de la información y aquí lo importante es lograr cierto equilibrio” entre las historias y las imágenes. 

En ese sentido, los trabajos postulados que más se destacan en esta categoría suelen estar sustentados en un discurso articulado, una narrativa completa reflejada a través de recursos audiovisuales, fotográficos y gráficos. 

Imágenes que conectan con la audiencia 

Uno de los objetivos más ambiciosos que han resaltado los jurados a lo largo de los juzgamientos es tener la capacidad de conectar con las audiencias para transmitirles emociones y sentimientos más allá del mero registro y de la puesta en escena.  

Para lograr eso, Pérez Daza sugirió narrar historias particulares que dejen en evidencia coyunturas más globales, algo que consigue de forma maestra America First: El legado de una redada, ganador del Premio Gabo 2019 en la categoría Imagen. “Es importante que estos temas, que a veces son redundantes y recurrentes, se acerquen más y más; que se acerquen a un caso, es importante hacer ese periodismo que no le tiene miedo de enfrentar una historia en particular que te puede contar muchísimo más que una masa o un número que a veces se vuelve distante”, dijo Pérez.

America First es un documental que se fija en una redada específica ocurrida en una pequeña ciudad del estado de Iowa, Estados Unidos, para analizar los resultados a largo plazo de una intervención policial de gran tamaño, un trabajo que “es un referente porque logra hablar un tema del que todo el mundo está hablando, pero encuentra otro enfoque”, destacó Jean-François Fogel, jurado en 2019 y miembro del Consejo Rector de la Fundación Gabo.

Categoría Cobertura

Periodismo más allá de las cifras

Uno de los pilares para los jurados de la categoría Cobertura ha sido: “el periodismo de excelencia va más allá de las cifras y se escribe bien”. Por eso, los trabajos que toman ventaja sobre otros no caen en la enumeración fría y escueta de los datos, sino que aprovechan los elementos de la reportería rigurosa para relatar las historias potentes que se esconden entre las estadísticas. 

“El buen periodismo se sustenta en investigaciones rigurosas, se preocupa por ir más allá de la estadística para contar con buena prosa las historias humanas detrás de las cifras, y hace buen uso del lenguaje”, fue uno de los mensajes que quisieron dar los jurados María Teresa Ronderos (Colombia), Pepa Bueno (España) y Marcelo Beraba (Brasil) durante el juzgamiento de 2019. 

Investigación robusta y rigurosa 

Un periodismo que reta las verdades oficiales y evidencia sus vacíos con rigurosidad es un periodismo que vale la pena ser reconocido. Para el jurado, “el gran periodismo, si hace falta, cumple las funciones que el poder público no ha querido o sabido cumplir, y por el contrario, ha tratado de encubrir”. 

El país de las dos mil fosas, cobertura ganadora en 2019, logra magistralmente ese objetivo. La investigación identifica y localiza las fosas clandestinas en México donde fueron a parar los desaparecidos entre 2006 y 2016, “un trabajo tan exhaustivo, riguroso y dramático”, hecho a partir de investigación pidiendo información pública, de acuerdo con el concepto del jurado. 

Categoría Innovación 

Innovación al servicio de la audiencia

Las obras que más han sobresalido en esta categoría tienen un logro compartido: sacar provecho de las distintas formas de innovación en la investigación, elaboración y presentación de la información, así como en la manera de interactuar con los lectores o usuarios para facilitar su experiencia y entendimiento de las realidades que abordan. 

Lo anterior implica entender el concepto de innovación, que no se limita a aspectos tecnológicos sino que abarca elementos más amplios del periodismo como la forma de hacer reportería, de tratar con las fuentes y de presentar las historias a las audiencias para poner esa innovación al servicio de ellas. 

“A veces hay trabajos muy chulos y no los entiende nadie, o no se llegan a cargar en la computadora. La innovación está al servicio de la historia y la efectividad del medio y debe servir para que esa conexión con la audiencia sea mejor. Si no te sirve para eso la innovación, no la hagas”, dijo el español Ismael Nafría, jurado de 2019.

Propuestas más allá del imperio tecnológico  

Aunque la innovación suele entenderse en términos tecnológicos, los jurados de las recientes ediciones del Premio Gabo han sido enfáticos en que la innovación periodística “es una actitud que va más allá del imperio tecnológico y de las herramientas que están a disposición de los periodistas”, tal como reflexionó María Teresa Ronderos, miembro del Consejo Rector de la Fundación Gabo y jurado en 2018.

De hecho, los jurados valoran y esperan hallar historias innovadoras que aborden temas distintos a los tradicionales: deportivos, culturales, de cocina, salud, cine, entretenimiento, tecnología, entre otros, que pueden lograrse tanto en los grandes medios como en iniciativas emergentes con recursos económicos limitados.   

“Que no piensen que solo pueden presentarse a la categoría de Innovación trabajos con alianzas superpoderosas”, dijo Laura Zommer, jurado en 2019 y directora de Chequeado.com, la primera iniciativa de fact-checking de la Argentina y Latinoamérica. 

Sobre el Premio Gabo y el Festival Gabo

Son convocados por la Fundación Gabo, que inspirada en los ideales y la obra de Gabriel García Márquez, busca promover espacios de reflexión y debate y exaltar el periodismo ético, riguroso, innovador y de servicio público.

El Premio Gabo y el Festival Gabo son posibles gracias a la alianza de la Fundación Gabo con los grupos SURA y Bancolombia, con sus filiales en América Latina, y a la alianza de la Fundación Gabo con la Alcaldía de Medellín.Para mantenerte al tanto de las novedades de estas iniciativas, puedes suscribirte a nuestro boletín o seguirnos en nuestras redes sociales: FacebookInstagram y Twitter.