
Discurso de Laura Zommer al recibir el Reconocimiento a la Excelencia del Premio Gabo
Discurso leído en la ceremonia del Premio Gabo 2025, el 26 de julio en Bogotá, Colombia.
Aunque esté así, medio llorosa, estoy muy feliz y honrada por este reconocimiento. Quiero agradecer primero a mis equipos —antes, de Chequeado, y ahora, de FactChequeado—, y al Consejo Rector de la Fundación Gabo, en especial a Mónica González y a Rosental Alves, quienes inspiraron mi trabajo durante los últimos casi 30 años más de lo que ellos, creo, advierten.
Un enorme agradecimiento a mi hijo Fermín. A mi marido, Nico, que está ahí. A mis amigas de toda la vida. A mi hermana Miri, que siempre me acompañó en mi vocación de cambiar lo que no me gusta e ir por más, aun cuando esas elecciones nos han quitado horas de disfrute y de compañía.
Estaré siempre agradecida con Jaime Abello, con los jurados y con los equipos de la Fundación Gabo, que al elegirme finalista de este premio en la categoría de Innovación en 2013 me permitieron tender lazos con algunos de los mejores periodistas de la región, e imaginar la red LatamChequea. Y dos años después nos dieron revancha con Chequeado y la expansión del fact-checking en la región, y ganamos el premio en la misma categoría. Así que, a todos los finalistas hoy: siéntanse premiados y vuelvan a probar.
En los últimos años, junto con Maldita de España, nos embarcamos en una nueva y osada aventura: lanzar FactChequeado para ayudar a llenar el vacío de información de calidad en español y combatir la desinformación en Estados Unidos. Y sí, ustedes dirán, ya sé: “qué timing”.
El premio de Reconocimiento a la Excelencia que recibo hoy es para todos los periodistas que no solo deseamos, sino que trabajamos duro por un periodismo mejor, un periodismo riguroso pero cercano a la vez; para los que no nos conformamos y apostamos al “se puede”, aun cuando el mundo se empeña en mostrarnos señales de que no.
Este es un premio para los audaces, para los que incomodamos porque no buscamos que nos adulen, sino tener impacto y servir a nuestra gente. Es un premio para los que tenemos valores y principios éticos no negociables, pero que, en cambio, somos muy flexibles y abiertos a cambiar nuestras formas.
Es un premio para los que no aceptamos que los hechos no existen y rechazamos la magia fácil que venden las plataformas y los líderes autoritarios. Es un premio para los que no nos compramos la falsa narrativa que nos quiere incomodar y hacer creer que la defensa de los valores democráticos y los derechos humanos nos hacen opositores.
Es un premio para los que ni siquiera vemos como opción no seguir resistiendo.
Gracias, Fundación Gabo.