Dos volcanes hicieron erupción en el Festival Gabo
El Colegio del Cuerpo prestrenó la obra ‘Dos volcanes (y un laberinto)’, dirigida por Álvaro Restrepo, en el marco del Festival Gabo.
Por Andrea Jiménez Jiménez / @andrejimenezj
¿Es posible hacer arte a partir del arte? El Colegio del Cuerpo grita que sí. El arte escrito por Gabriel García Márquez y Álvaro Mutis, los más mexicanos de los colombianos, o los más colombianos de los mexicanos, llevado a las tablas, lo demuestra.
En “el prestreno del prestreno” —como lo llamó su director, Álvaro Restrepo— de ‘Dos volcanes (y un laberinto)’, basada en las obras de este par de amigos, hermanos, la literatura se hizo movimiento. Con un opening narrado, en el que quedó claro que Mutis y Gabo son como esos volcanes que bordean México, la patria que hicieron suya, comenzó esta conferencia-performance que, lejos de pretender ser una adaptación, busca homenajear el genio creador de estas “míticas leyendas”.
La historia de cómo Restrepo conoció a Gabo y a Mutis en el país azteca, las fotos de aquellas andanzas entre uno y otro teatro mexicano, los retratos poéticos de Ruven Afanador; la voz de Santiago Mutis, hijo de Álvaro, leyendo las líneas escritas por su padre. Gonzalo García Barcha, hijo de Gabo, leyéndolo también… Nada hizo falta para entender por qué la fascinación de Restrepo por la fuerza enigmática de los escritores colombianos, en especial por ‘El general en su laberinto’, de García Márquez, y ‘El último rostro’, de Mutis, sus obras esenciales para el artista del performance.
“José Palacios, su servidor más antiguo, lo encontró flotando en las aguas depurativas de la bañera, desnudo y con los ojos abiertos, y creyó que se había ahogado”. La puesta en escena le dio la palabra al cuerpo. Las líneas iniciales de la novela basada en los últimos días de Simón Bolívar retumbaron en el Teatro del Museo de Arte Moderno de Medellín, mientras del escenario colgaron ropas, se trazaron líneas, salieron actores. Comenzó el laberinto.
Monólogos, escenas: coreografías anticipadas por los fragmentos más memorables de la obra garciamarquiana recordaron al público frases inolvidables como esa que el General lanzó a su querido José luego de hacer su equipaje: “Nunca hubiéramos creído, mi querido José, que tanta gloria cupiera dentro de un zapato”.
Los volcanes hicieron erupción. Su estallido, entre danza y lecturas, entre líneas leídas por el propio Restrepo y los movimientos de sus alumnos, festejó sendos aniversarios: los 30 años de ‘El general en su laberinto’ y los 40 de ‘El último rostro’. La celebración, poética como pocas, tradujo sus palabras en movimiento.
Una última escena lo encerró todo: una bola de cristal rodó de mano en mano; los objetos, colección de años, se amontonaron en el suelo, como un tesoro gitano. Un aplauso sostenido cerró la primera presentación de esta obra, que revive al alma de dos escritores, hermanos, con una obsesión compartida: Latinoamérica misma.
Sobre el Premio Gabo y el Festival Gabo
Es convocado por la Fundación Gabo con el objetivo de incentivar la búsqueda de la excelencia, la innovación y la coherencia ética en el periodismo, con inspiración en los ideales y la obra de Gabriel García Márquez, y en la dinámica de innovación, creatividad y liderazgo que caracterizan a Medellín, Colombia.
El Premio Gabo y el Festival Gabo son posibles gracias a la alianza público-privada conformada por la Alcaldía de Medellín y los grupos Bancolombia y SURA con su filiales en América Latina.