Relatoría del juzgamiento del Premio Gabo 2019 – categoría Texto
Por Andrea Jiménez Jiménez
Los jurados Juan Cristóbal Peña (Chile), Miquel Molina (España) y Fernanda Diamant (Brasil) se reunieron en Cartagena de Indias los días 9 y 10 de agosto de 2019 para elegir a los finalistas y al ganador de la categoría Texto del Premio Gabo 2019.
Durante la primera jornada de juzgamiento, evaluaron los 30 trabajos preseleccionados por los jurados de primera y segunda ronda, que recibieron en primera instancia un total de 767 piezas periodísticas. El jurado tomó la decisión de empezar a descartar los trabajos que no pasarían a la ronda de 10 nominados, para centrarse en esta lista decisiva al final del día.
Grandes temas y reporteo, escasa edición
El grupo de jurados destacó la coincidencia de criterios desde la primera etapa de lectura inicial de cada uno de los textos, en el ejercicio individual de revisar pieza por pieza. En general, en el conjunto de los 30 preseleccionados, hallaron una representación importante de los grandes temas que están resonando en la actualidad en las agendas informativas de los medios de comunicación globales. Es así como encontraron propuestas que abordaban las crisis de Nicaragua y Venezuela, la migración centroamericana, los efectos de la revolución en Cuba y la coyuntura política de Brasil.
De estos 30 trabajos, 12 son de autores brasileños, lo que representa una presencia importante de textos producidos y publicados en lengua portuguesa.
El jurado encontró, además, un “serio déficit de edición” en una parte considerable de esta preselección, con grandes materias primas y reporteo de calidad que se malogran en el proceso de producción por falta de rigor de un editor o, que bien si lo tiene, resulta deficiente. Esto se evidencia en un abuso en la extensión de los textos, consecuencia del auge de la web. Aunque esta se plantee infinita para las posibilidades de visualización de trabajos periodísticos, la web no debe entenderse como una excusa para eliminar filtros durante el proceso de publicación, sino como una plataforma de mayores oportunidades en la que se continúan respetando los principios básicos del ejercicio periodístico, lo que incluye, entre otros, la economía de las palabras y la correcta jerarquía de la información.
Coyunturas actuales, contextos globales
Una vez hecho este análisis, los jurados se dieron a la tarea de lograr un grupo de finalistas que derivaran en una mezcla de temáticas y abordajes. Las grandes problemáticas de la región se ven reflejadas en trabajos como O assassino mora ao lado, de Leticia Mendes, que ofrece una mirada original a las cifras de los feminicidios en Brasil abordando de manera sofisticada bases de datos de información pública que dan cuenta de la situación de este tipo de violencia en el sur de este país. Esto permite “borrar la fantasía” de que estos casos son una conducta propia de lugares populares para demostrar que se trata de un fenómeno endémico en todo el gigante suramericano, como señaló Fernanda Diamant, miembro del jurado.
Las voces del JM, una serie de siete entregas que descubre la situación política y sanitaria de Venezuela a través del retrato de un hospital pediátrico, publicada por La vida de Nos, explora también una problemática coyuntural sin caer en el tono dramático que suele acentuarse en textos de este corte. Un tema emotivo que revela el oficio de los autores y su destreza con la narrativa, rasgo que comparte con el texto de Carlos Martínez, de El Faro (El Salvador), que mira desde el foco del movimiento universitario nicaragüense la situación política de este país, y pone de manifiesto el estado de pasividad en que se encuentra la oposición a Daniel Ortega, actual mandatario.
Otro de los grandes temas abordados con destreza es La historia del niño preso en Texas que odia a su papá y quiere regresar a Chisec, publicada por Nómada (Guatemala). Se trata de un relato logrado con acierto que decide contar el drama de la migración centroamericana desde un caso particular y no desde la generalidad, “sin pretensiones”, de acuerdo con el jurado, y personal hasta el nivel de acercar una situación que suele mirarse desde la frontera de la generalización y las cifras oficiales de un país u otro.
Nicolás Alonso, de Chile, escudriñó el suicido de Katherine, una adolescente chilena cuyo caso resonó en el país austral, pero que estaba huérfano de ser narrado con pulso de cronista. Alonso escribió, según el jurado, un “reportaje modelo” más allá del calor de la noticia, y contó en detalle el minuto a minuto de cómo se desencadena el suicidio de la chica tras varios sucesos de cyberbulling, más que nunca presente en la cotidianidad de los jóvenes de esta generación.
Temas propios con pulso e impacto
La selección de 10 finalistas incluyó relatos que, además del valor de su abordaje, resultaron definitivos por el impacto de la temática revelada, sus implicaciones y consecuencias. Tal es el caso de Abacá: esclavitud moderna en los campos de Ecuador, de La Barra Espaciadora. Este es un reportaje que desentraña la realidad de centenares de familias sometidas por una empresa japonesa, una historia de esclavitud moderna que no solo devela en profundidad los atropellos a los que son sometidos los trabajadores, sino que cuenta con un “gran ejercicio de reporteo sobre terreno”, cuya revelación sacudió a las entidades estatales de Ecuador hasta abrir las investigaciones necesarias detonadas por este caso, que bien podría considerarse como nuevo colonialismo.
Entre los grandes temas tocados en esta selección de finalistas sobresalió el de la contaminación por plomo en La Habana, narrado con maestría por Mónica Baró, del medio Periodismo de Barrio, en La sangre nunca fue amarilla. Baró se instaló durante dos años en un barrio habanero y se dedicó a conocer las familias que pueblan el vecindario “y partir de ahí ir componiendo un fresco para construir una historia que, sin ningún drama innecesario, da cuenta de la realidad cubana”, de acuerdo con el español Miquel Molina. “Tiene la virtud de la escritura, que es pulcra, elegante, pulida” -agregó Juan Cristóbal Peña-, reproduciendo muy bien la jerga de los cubanos. Es una extensa denuncia que se sacude del tono habitual de las denuncias, que no jalona desde la manida premisa de la burocracia cubana, aun pudiendo argumentarla por la dificultad de acceder a las fuentes oficiales, y que tal vez halle ahí uno de sus mejores rasgos: la crítica es potente porque no la señala: casi puede tocarla y la alza a la vista de todos, sin desespero ni exceso de adjetivos.
Al rescate del perfil
Un par de perfiles lograron instalarse en la ronda decisiva de la categoría por la factura de la prosa de sus autores. Uno de estos textos es O General do Capitão, de Fabio Victor, quien publicó en la revista Piauí lo que el jurado destacó como un “maravilloso retrato de la situación brasilera”, no solo vista desde la actualidad, sino analizada en retrospectiva desde la dictadura militar, a través del perfil del General Hamilton Moura. En el acta de juzgamiento, el jurado señaló que se está ante una “pieza de periodismo ejemplar que reivindica el perfil político más clásico”, con momentos literariamente magníficos que demuestran la sutileza de la pluma del autor, cuyo logro, además, fue adentrarse en la intimidad del personaje hasta mimetizarse, hasta volverse invisible y acceder a pasajes de la vida del Capitán haciendo que este se olvide de su presencia.
El otro perfil finalista fue Volver para incendiar Colombia, publicado en la revista Gatopardo por Daniel Rivera Marín, quien logró un texto de una magnífica calidad literaria cuyo primer gran mérito fue, de acuerdo con los encargados del juzgamiento, “haber seducido a Vallejo para romper la burbuja que ha creado para sí”, y regalarle al lector pasajes memorables. El autor encontró su lugar en el texto, discreto, como un escucha silencioso, después de contar cómo logró entrar a la vida de este personaje de tremendos matices y dualidades, y sostuvo diálogos reveladores y luminosos con un Vallejo siempre difícil de persuadir.
Una voz propia para un periodismo que invita a la diversidad
Además de la elección de textos con temas potentes, reporteo fuerte y destreza narrativa, el jurado destacó la diversidad e innovación de A vizinha, del brasileño Armando Antenore. Se trata de un relato personal que describe la irrupción de dos jóvenes en la vida –o en la casa- del narrador, en Copacabana, y que se aleja de los cánones del periodismo tradicional para acercarse más a la literatura e instalarse justo en la frontera que los une –o los separa-. Una pieza “maravillosamente escrita”, en palabras del chileno Juan Cristóbal Peña, que recuerda la importancia de construir una voz propia, un estilo, y resonar en un premio inspirado en la figura de quien combinó, con talento y maestría, los recursos de la ficción para narrar la realidad.
Perfiles de los jurados
Fernanda Diamant (Brasil)
Licenciada en Filosofía de la Universidad de San Pablo (USP). Estudió Periodismo en la Pontificia Universidad Católica de San Pablo (PUC-SP). Ha trabajado como editora de libros en Publifolha y en Editora 34. Ideó y creó, en colaboración con Paulo Werneck, la revista especializada en libros Quatro Cinco Um. Entre 2017 y 2019 fue editora de la publicación; actualmente, edita la sección de Ciencia de esa revista (la sección recibe el apoyo del Instituto Serrapilheira). Fue responsable de la curaduría del programa principal de la Fiesta Literaria Internacional de Paraty – FLIP 2019.
Juan Cristóbal Peña (Chile)
Director del Departamento de Periodismo de la Universidad Alberto Hurtado de Chile. Es periodista, académico y autor de los libros La vida en llamas (2002), Los fusileros (2007) y La secreta vida literaria de Augusto Pinochet (2013).
Ha sido reconocido con el Gran Premio Lorenzo Natali, de la Unión Europea; el Premio Periodismo de Excelencia, de la Universidad Alberto Hurtado; y el Premio Nuevo Periodismo Cemex+FNPI, de la Fundación Gabo.
Sus crónicas y reportajes han aparecido en medios de Chile y Latinoamérica y en libros como Los malos (2015), Antología de la crónica latinoamericana (2012), Lo mejor del periodismo en América Latina (2006 y 2010) y El mejor periodismo chileno (2003, 2009, 2010 y 2012). Además, ha sido editor de libros como Antología de la crónica periodística chilena (2016 y 2017) y Mónica González. Apuntes de una época feroz (2017).
Miquel Molina (España)
Director adjunto del diario barcelonés La Vanguardia. Ha sido jefe de las secciones de Sociedad y Política. Licenciado en Ciencias de la Información por la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB). Publica cada domingo una columna sobre cultura y ciudades con el título ‘Blues Urbano’. Es autor de dos ensayos periodísticos: L’Everest a l’Hora Punta (Edicions Viena, 2006) y Alerta Barcelona (Libros de Vanguardia, 2018). Tiene publicadas dos novelas: Una flor del mal (2014) y La Sonámbula (2018), ambas en Destino. Tiene desde el 2010 el Premio de Comunicación no Sexista, que concede la Associació de Dones Periodistes de Catalunya.
Sobre el Premio Gabo y el Festival Gabo
Es convocado por la Fundación Gabo con el objetivo de incentivar la búsqueda de la excelencia, la innovación y la coherencia ética en el periodismo, con inspiración en los ideales y la obra de Gabriel García Márquez, y en la dinámica de innovación, creatividad y liderazgo que caracterizan a Medellín, Colombia.
El Premio Gabo y el Festival Gabo son posibles gracias a la alianza público-privada conformada por la Alcaldía de Medellín y los grupos Bancolombia y SURA con su filiales en América Latina.
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